S.
IDIOTA: –Joder, este trasto es demasiado grande para la
esmirriada calle y no deja fluir el tráfico adecuadamente. Será mejor que demos
vueltas a la manzana hasta que Fulano salga del estanco.
NOTA: –¿De
qué tráfico estás hablando? La zona hoy está totalmente desierta. Debe estar todo
el mundo concentrado en esa estúpida manifestación.
S.
IDIOTA: –Pero que no pase nadie en este preciso momento no
quiere decir que no podamos obstaculizar a algún vehículo en un futuro próximo.
NOTA: –Bah, haz lo que te dé la gana. Paso de atragantarme con el azúcar glas del Donut por debatir semejantes idioteces.
[Después de una vuelta...]
S.
IDIOTA: –Bueno, qué, ¿le ves por alguna parte?
NOTA: –No. Seguro que se entretiene mirando todos los chismes de la tienda, como siempre.
Mejor da otra vuelta más.
[...Brusco frenazo en la segunda vuelta...]
NOTA: –¡Eres
un gilipollas! ¿Por qué coño te pones a acelerar de esa manera? Joder, ¡has
hecho que me vierta todo el batido en los pantalones!
S.
IDIOTA: –¿Te has fijado en que el puto semáforo estaba a
punto de ponerse en rojo?
NOTA: –¿Y
qué? ¡No llevábamos ninguna prisa! ¡Sólo estábamos dando vueltas para hacer
tiempo y no cortarle el paso a gente imaginaria!
S.
IDIOTA: –No me gusta esperar a que una jodida
lucecita verde me diga que vuelvo a tener permiso para seguir circulando. Ya conoces
mi escasa paciencia.
NOTA: –Además
de tu inexistente sensatez y tu propensión a hacer siempre lo que te sale de
los huevos... Bueno, será mejor que bajes a ver a quién cojones has atropellado, o la curiosidad no me dejará dormir esta noche.
S.
IDIOTA: –¿Y por qué tengo que salir yo a comprobarlo? Hace
mucho frío... Prefiero quedarme en el coche esperando tus informes.
NOTA: –Pero ¿¡cómo
que por qué!? Porque por tu puta culpa cualquier perturbado que pueda estar
sentado tras la persiana de su habitación, observando entrepiernas con unos
prismáticos como parte de su ritual de autosatisfacción, ¡creerá que
padezco de incontinencia! Además, ¿ahora, de repente, la defectuosa semilla de
la paciencia germina en tu personalidad? Hay que joderse...
[Breve silencio]
S.
IDIOTA: –¿Recuerdas que sé una cosa que nadie más sabe?
NOTA: –Está
bien. Iremos los dos.
----------------------------------------------------------------------------
----------------------------------------------------------------------------
NOTA: –Qué
curioso. Esta cosa amorfa lleva la misma ropa que Fulano; solo que más sucia.
S.
IDIOTA: –Ya sería casualidad si fuera él, ¿no?
NOTA: –Mira,
la mano derecha está intacta y lleva un paquete de tabaco. Es de la marca que
fuma habitualmente.
S.
IDIOTA: –Pues yo he encontrado esta cartera, que por lo visto
no agarraba con la misma firmeza, idéntica a la suya. Y dentro hay un DNI
también idéntico al suyo.
NOTA: –Son
demasiadas coincidencias... ¡Mierda, Sócrates! ¿Has visto lo malo que es el
tabaco? Mira que le he dicho un montón de veces que pasara de eso, que nos roba
un tiempo precioso. Pero él, ni caso. Se emperró en bajar a comprarlo.
S.
IDIOTA: –Coño, pensaba que lo de "fumar mata" sólo
era un mito...
NOTA: –¿Un
mito? ¿Cómo el de Thor?
S.
IDIOTA: –Bueno, más bien uno de esos trucos de marketing para
venderte parches y demás chorradas. Ya sabes. Primero te convencen para
iniciarte con la porquería nicotínica, luego tratan de hacerte creer que es
algo muy malo y, al final, acabas convertido en consumidor tanto de
"remedio" como de "enfermedad".
NOTA: –Pues no
sé. Yo después de ver esto empiezo a pensar que la manifestación contra
tabacalera quizás no sea tan absurda... En fin. Vayámonos de aquí. Habrá que ir a darle la
noticia a la viuda.
------------------------------------------------------------------------
------------------------------------------------------------------------
NOTA: –Buenos
días, señora Tal. No sé si se acordará de nosotros. Nos presentó una vez su
marido, hace ya tiempo, en este mismo rellano. Por cierto, y hablando de su
marido, lamentamos tener que comunicarle que ha sido otra pobre víctima mortal
del tabaco. No hemos podido hacer nada por salvar su vida.
S.
IDIOTA: –Sí, no tenía ya solución... Tenga, le hago entrega
de su cartera y de la prueba del delito.
DOÑA
TAL:
–¿Cómo?
NOTA: –Malditos
cigarrillos... Hay que ver el mal sabor de boca que me ha quedado. Al ver todas
esas vísceras desparramadas por la calle, he medio regurgitado el potaje que
cené anoche. ¿Tú no, Sócrates?
S.
IDIOTA: –Joder, sí, ¡qué asco!
DOÑA
TAL:
–Pero, ¿qué me estáis contando? ¿¡Qué le ha pasado a mi marido!? ¿¿¿¡Eso del coche es...!???
NOTA: –En
efecto, señora. Por suerte nosotros podemos contarlo gracias a que nuestra
inteligencia nos ha salvado de caer en la recurrente estupidez de clicar el
mechero cada dos por tres, prender uno de los extremos de un cilindro de papel
relleno de hierba seca y sujetarlo con los dedos en "V". Pero no tiene caso seguir hablando de algo tan sumamente desagradable.
Puesto que las máquinas del tiempo no han sido aún inventadas, no nos queda más
opción que la de aceptar los hechos tal y como han sucedido y celebrar que
nuestras vidas sí continúan.
S.
IDIOTA: –Podríamos salir a tomar unas copas.
NOTA: –Oh,
excelente idea. Por una vez estoy de acuerdo contigo. ¿Qué le parece, doña Tal?
¿Le apetece venirse con nosotros? Vaya, esta situación acaba de recordarme un
chiste que leí recientemente en el periódico. Esto son un alemán, un habitante
de una pequeña aldea polvorienta de Kirguistán y un español que... bla, bla,
bla...
DOÑA
TAL:
–Dios santo, vosotros dos estáis jodidos de la cabeza. ¡Voy a llamar a la policía
ahora mismo!
S.
IDIOTA: –JAJAJAJA. Jo, qué bueno. Ese no me lo sabía. Por
cierto, ¿qué ha dicho la señora, que iba a por el abrigo?
NOTA: –Supongo
que sí. Hace demasiada rasca para salir a la calle tan ligerita de ropa.
S.
IDIOTA: –Parecía algo nerviosa.
NOTA: –Bueno,
con todos los años que lleva como fumadora pasiva, alguno de los efectos tenía
que salpicarle. No se lo tengamos en cuenta.
------------------------------------------------------------------------
------------------------------------------------------------------------
DOÑA
TAL:
[Al teléfono] –Sí, ¡eso mismo es lo que le digo... Y ahora quieren acabar conmigo! ¡¡¡Vengan cagando leches, por favooooor!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario