1. Para empezar, deberás elegir el tema
más triste, lúgubre, trágico, catastrófico o cruel que se te ocurra.
2. Cuenta tu historia de manera muy muy muy
muy muy, pero que muy muy muy repetitiva. Repito: de manera muy repetitiva.
3. Si una rima te diera por hacer, así es como
la tienes que hacer.
4. Introduce de modo aleatorio algunas palabras
sin conexión con el resto del texto o que carezcan completamente de
significado.
5. Una vez que hayas terminado con la letra, es
hora de grabar. Busca una melodía pegadiza y canta tu futuro hit en
un tono alegre.
6. En cuanto a la voz, piensa que es tan
importante como la misma historia, o incluso menos. No te esfuerces ni lo más
mínimo en hacer gorgoritos y demás virguerías.
7. Y por último, si todavía te sientes
inspirado, puedes idear una coreografía para tu canción a raíz de la cual tu
dignidad restante (si la hubiera) se apresure en hacer las maletas y se despida
de ti hasta siempre.
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