Azucena –Venga, niñas, sentaos a la mesa, que en seguida bajará vuestro padre.
Dolores –¿Qué hay de comer?
Azucena –Pues no lo sé porque he estado muy ocupada
haciendo cosas importantes y esta vez ni tiempo he tenido de supervisar las ollas. Bueno, parece que por fin ya estamos todos. ¡Jacintaaaaa!
¡Tráiganos ya la comida, que llevamos un montón de rato esperando! ¡Nos va a
provocar a todos una muerte por "inambrición"!
Asistenta –Sí, señora. En ‘cuantito’ esté listo el
arroz con las verduras, les sirvo.
Azucena –No pienso repetírselo dos veces, ¿me ha
comprendido?
Casimiro –Esta mujer parece dura de oído.
Azucena –Luego le daré la gran noticia, a ver si
eso lo capta a la primera.
Asistenta –Miren, aquí tienen. Como siempre, les
preparé varios platos diferentes para que tengan un menú variado. Ahora me
pondré de inmediato con el postre, ya que necesitará un ligero horneado. En
seguida regreso con ello.
Azucena –Casimiro, pásame la botella de vino, hazme
el favor. Aquí parece que si una misma no se sirve, no bebe.
Dolores –Buah, qué asco. Este bistec está súper
crudo. ¡No pienso comerme esta bazofia!
Remedios –Yo tampoco pienso comer nada de esto. Tiene todo un aspecto horrible.
Casimiro –Las niñas tienen razón. La carne sangra,
el arroz está prácticamente tan duro como el mármol, las verduras crujen y, si lanzo uno de estos tamales contra el techo, seguro que ni la gravedad lo baja… Cuando una persona hace las cosas sin ganas, se nota.
Remedios –Bueno, nosotras nos vamos a jugar. No
estamos dispuestas a destrozar por completo nuestro delicado estómago de
gourmet.
Dolores –Ni a perder nuestro valioso tiempo.
Remedios –Ya pillaremos alguna bolsa de patatas
fritas de la despensa.
Azucena –Pero comeos también la empanada gallega que he comprado esta mañana. ¡Solo una bolsa de patatas no es comida!
------------------------------------------------------------------------------------
Remedios –¡Toma, lo sabía! Los prismáticos tras la
maceta. Mamá es tan previsible…
Dolores –Oye, Reme, como no vamos a ponernos de
acuerdo, en lugar de discutir durante horas propongo que nos turnemos cada tres
minutos para mirar y que lancemos una moneda al aire para ver quién empieza
primero.
Remedios –Venga, vale. Pues yo elijo cara.
Dolores –Yo también iba a elegir cara. ¿Estás
segura de que no prefieres cruz?
Remedios –Sí, segura.
Dolores –Pues a ver cómo lo hacemos…
Remedios –A piedra, papel o tijera. La que gane tres
veces se queda con cara.
-----------------------------------------------------------------------------------
Casimiro –¡Cuernos! ¿Tampoco se le ha ocurrido echar
sal a la comida? ¡Esto es el colmo! Creo que ha llegado la hora de extirpar la
ineptitud en esta ejemplar casa. En cuanto vuelva del servicio se va a enterar
de lo que vale un utensilio para acicalar el cabello... ¡Ahora vengo!
Azucena –¡Jacintaaaaa! ¡Preséntese en el salón
ahora mismooooo!
-----------------------------------------------------------------------------------
-----------------------------------------------------------------------------------
Remedios –¡Cruz! Je, je, je. ¡Dámelos!
Dolores –No oigo nada por aquí; eso es que ya deben
estar comiendo. ¡Vamos, corre!
Remedios –No, espera. Quédate quieta un momento…
Ahora sí oigo voces. Voy a ponerme en este círculo.
Amira –Seres diminutos cabrones, espíritus
vengativos, portales dimensionales que se abren en los sitios más inesperados…
Yo no tengo ese tipo de problemas; siempre sé dónde dejo mis cosas.
Dídac –Mujer, no te pongas así. Seguro que tarde
o temprano termina haciendo acto de presencia. Ya aparecerá.
Remedios –Vaya, estaban buscando algo y justo ahora se han ido. ¡Detén el cronómetro!
Remedios –Vaya, estaban buscando algo y justo ahora se han ido. ¡Detén el cronómetro!
No hay comentarios:
Publicar un comentario