jueves, 29 de agosto de 2013

La combinación perfecta –Parte 6–




Azucena –Venga, niñas, sentaos a la mesa, que en seguida bajará vuestro padre.

Dolores –¿Qué hay de comer?

Azucena –Pues no lo sé porque he estado muy ocupada haciendo cosas importantes y esta vez ni tiempo he tenido de supervisar las ollas. Bueno, parece que por fin ya estamos todos. ¡Jacintaaaaa! ¡Tráiganos ya la comida, que llevamos un montón de rato esperando! ¡Nos va a provocar a todos una muerte por "inambrición"! 

Asistenta –Sí, señora. En ‘cuantito’ esté listo el arroz con las verduras, les sirvo.

Azucena –No pienso repetírselo dos veces, ¿me ha comprendido?

Casimiro –Esta mujer parece dura de oído.

Azucena –Luego le daré la gran noticia, a ver si eso lo capta a la primera.

Asistenta –Miren, aquí tienen. Como siempre, les preparé varios platos diferentes para que tengan un menú variado. Ahora me pondré de inmediato con el postre, ya que necesitará un ligero horneado. En seguida regreso con ello.

Azucena –Casimiro, pásame la botella de vino, hazme el favor. Aquí parece que si una misma no se sirve, no bebe.

Dolores –Buah, qué asco. Este bistec está súper crudo. ¡No pienso comerme esta bazofia!

Remedios –Yo tampoco pienso comer nada de esto. Tiene todo un aspecto horrible.

Casimiro –Las niñas tienen razón. La carne sangra, el arroz está prácticamente tan duro como el mármol, las verduras crujen y, si lanzo uno de estos tamales contra el techo, seguro que ni la gravedad lo baja… Cuando una persona hace las cosas sin ganas, se nota.

Remedios –Bueno, nosotras nos vamos a jugar. No estamos dispuestas a destrozar por completo nuestro delicado estómago de gourmet.

Dolores –Ni a perder nuestro valioso tiempo.

Remedios –Ya pillaremos alguna bolsa de patatas fritas de la despensa.

Azucena –Pero comeos también la empanada gallega que he comprado esta mañana. ¡Solo una bolsa de patatas no es comida!

            ------------------------------------------------------------------------------------

Remedios –¡Toma, lo sabía! Los prismáticos tras la maceta. Mamá es tan previsible…

Dolores –Oye, Reme, como no vamos a ponernos de acuerdo, en lugar de discutir durante horas propongo que nos turnemos cada tres minutos para mirar y que lancemos una moneda al aire para ver quién empieza primero.

Remedios –Venga, vale. Pues yo elijo cara.

Dolores –Yo también iba a elegir cara. ¿Estás segura de que no prefieres cruz?

Remedios –Sí, segura.

Dolores –Pues a ver cómo lo hacemos…

Remedios –A piedra, papel o tijera. La que gane tres veces se queda con cara.

            -----------------------------------------------------------------------------------

Casimiro –¡Cuernos! ¿Tampoco se le ha ocurrido echar sal a la comida? ¡Esto es el colmo! Creo que ha llegado la hora de extirpar la ineptitud en esta ejemplar casa. En cuanto vuelva del servicio se va a enterar de lo que vale un utensilio para acicalar el cabello... ¡Ahora vengo!

Azucena –¡Jacintaaaaa! ¡Preséntese en el salón ahora mismooooo!

            -----------------------------------------------------------------------------------

Remedios –¡Cruz! Je, je, je. ¡Dámelos!

Dolores –No oigo nada por aquí; eso es que ya deben estar comiendo. ¡Vamos, corre!

Remedios –No, espera. Quédate quieta un momento… Ahora sí oigo voces. Voy a ponerme en este círculo.

Amira –Seres diminutos cabrones, espíritus vengativos, portales dimensionales que se abren en los sitios más inesperados… Yo no tengo ese tipo de problemas; siempre sé dónde dejo mis cosas.

Dídac –Mujer, no te pongas así. Seguro que tarde o temprano termina haciendo acto de presencia. Ya aparecerá.

Remedios –Vaya, estaban buscando algo y justo ahora se han ido. ¡Detén el cronómetro!



No hay comentarios:

Publicar un comentario