Adora a los animales.
Se le dan bien los
deportes.
Es una apasionada del arte.
Domina alguna rama de la
ciencia.
Escrive sin fartas de hortografia.
Toca al menos un
instrumento o canta más o menos bien que te cagas.
Le encanta viajar.
Las cuestiones
existenciales son una de sus principales preocupaciones.
Es magnífica en la cocina o, por el contrario, pésima.
Es magnífica en la cocina o, por el contrario, pésima.
Es peculiar en algún
sentido, e incluso un poco friki.
Sabe escuchar y se puede
confiar plenamente en ella.
Desborda creatividad.
Su sentido del humor es
irónico y en ocasiones bastante ácido.
Es muy meticulosa y
perfeccionista (aunque tiene también sus torpezas).
No le entran ganas de
cambiar con frecuencia los muebles de sitio.
No hace ningún tipo de
ruido al comer (especialmente con los cubiertos).
Mantiene los cajones y
estantes bien organizados y ordenados.
Detesta las drogas y todo
lo que las envuelve.
Entre sus gustos musicales
se encuentra el género metal.
Lo poco cursi que es sabe
ocultarlo bien.
Si utiliza algún eufemismo,
lo hace solo con recochineo.
De vez en cuando su voz
suena un poco ronca o “rota”.
No cree en las típicas
absurdas supersticiones, pero puede tener alguna propia.
Cuando le duele algo se
vuelve encantadoramente insoportable.
Es tan competitiva que le fastidia
perder hasta a La Oca.
Por lo general es generosa.
No invade ni airea la
intimidad de nadie y sus críticas están siempre justificadas.
Invierte en placer de forma sabia.
Invierte en placer de forma sabia.
Ocasionalmente tiene
alguna regresión a su tierna infancia; es decir, le gusta un poco hacer el gilipollas.
Aunque no cabe duda de su género
sexual, tiene un punto ambiguo.
Posee algún talento
aparentemente inútil.
No ronca dormida, ni tampoco
despierta.
Con ella existe contraste entre
los momentos de ñoñería / ratos de hacerse mutuamente la puñeta.
No es rencorosa, pero
tampoco deja correr las cosas sin más tras una discusión.
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